Rosa, azul, amarillo y rojo

El rosa es el color del Giro de Italia. Pero siendo honestos, este año la carrera se ha teñido del azul, rojo y amarillo de la bandera colombiana. Si en 2013 hablábamos de la
realidad del país andino en el ciclismo internacional, lo de esta edición ha sido la consagración absoluta de su dominio.

Si uno echa la vista atrás y mira los datos de esta Corsa Rosa, son para ponerse a temblar ante lo que nos espera en el futuro más inmediato. Nairo Quintana (24 años) ganó sin estar en su mejor versión. Le costó dos semanas coger el punto, tuvo algún problema respiratorio, sufrió caídas… y aún así, ha terminado imponiéndose con una ventaja importante. Cierto que la tragicomedia del Stelvio fue decisiva –precisamente el día en que, según Gorka Izaguirre, Nairo quiso poner pie a tierra-, pero realmente el ciclista del Movistar se mostró sólido a partir de esa etapa y su renta no hizo más que aumentar hasta Trieste.

Pero es que en segundo lugar nos encontramos con Rigoberto Urán, que repite en el mismo escalón. Es el más ‘viejo’ de esta generación dorada colombiana… y tiene 27 años. Para un ciclista, la edad propia a la que deberá explotar. El ciclista del Omega Pharma ha conseguido un podio para su formación, que llevaba una década sin pisarlo en la general de una gran vuelta. Sólo Fabio Aru ha conseguido mantener a salvo la honra europea –y la italiana, junto al Bardiani- con su tercer puesto, así como Pierre Rolland que ha vuelto a mostrar las buenas sensaciones de 2011.

Nairo, de rosa en el Monte Grappa. Foto: Bettini Photo

Pero sería injusto quedarse sólo en un par de máximos exponentes: la carrera de Julián Arredondo ha sido para enmarcar, y si no hubiera sido por el caos de la primera semana, cuando se vio envuelto en varias montoneras, podría haber lucido mucho más que el irreal 61º puesto de la general final. Ganó magistralmente en Panarotta y se hizo con la ‘maglia azzurra’ de la montaña. Por delante, por cierto, de otro colombiano que se ha metido en todas las peleas, aunque desgraciadamente sin premio. Hablamos de Fabio Duarte (Colombia).

Y no podemos seguir sin detenernos en Sebastián Henao, que ha supuesto una de las sorpresas más agradables de la última semana. Fue octavo en la crono del Monte Grappa y acabó en el mismo puesto en la cima de Val Martello. Todo esto con… ¡20 años! Otros como Jarlison Pantano o Winner Anacona han tenido algunos chispazos, pero su papel ha sido más discreto.

Colombia celebra su primer triunfo en el Giro.

El caso es que, en un Giro de Italia donde España no ha olido ni una –el abandono de ‘Purito’ nos dejó huérfanos antes de tiempo-, la misión de nuestros corredores ha sido ayudar a sus líderes. Samuel Sánchez fue 24º y estuvo con Evans durante la primera mitad de la carrera. Herrada, el mejor clasificado al final (23º a 55’ de Nairo), Castroviejo, Izaguirre e Igor Antón han sido escuderos del gran jefe colombiano, llamado a dominar el ciclismo en los próximos años –ya ha anunciado que irá a por el Tour en 2015-; y Mikel Landa sufrió más de la cuenta en la primera semana por culpa de las caídas.

No cabe duda: Colombia vuelve a ser el centro del ciclismo. En el Tour pasarán algo más inadvertidos por culpa de Froome, Contador y Nibali –y por la ausencia de Nairo, que ya fuera segundo en 2013-, pero sólo hasta que Quintana reaparezca el año que viene, con sólo 25 inviernos, a combatir a todos los grandes rivales que ya superan los 30. El reinado de Colombia, ese país que tan intensamente lo vive todo -incluido el ciclismo-, acaba de empezar.